Iván Pérez-Santos
Doctor en Oceanografía, Universidad de Concepción, sus investigaciones se centran en los Fiordos de la Patagonia, siendo investigador asociado del Centro COPAS Coastal
Recientemente se informó la ocurrencia del proceso de desoxigenación de las aguas en la zona de fiordos de la Patagonia de Chile.
La desoxigenación ocurre cuando una región marina comienza a perder el oxígeno disuelto paulatinamente. Las investigaciones sobre este proceso a nivel global han permitido detectar que, en general, el océano ha perdido alrededor del 2% de oxígeno en los últimos 50 años, es decir unos 150 mil millones de toneladas de oxígeno. Mientras, las proyecciones recientes del cambio climático usando todos los escenarios de emisiones de CO2, desde los más conservadores hasta los más extremos, proyectan para el año 2100 una pérdida continua de oxígeno del 3-4% en todos los niveles del agua.
Entre las principales consecuencias de la desoxigenación se destacan: la reducción de la calidad y cantidad de hábitats de especies marinas, la mortalidad masiva de especies que no pueden cambiar de hábitat, la reducción de la biodiversidad, el aumento de enfermedades y reducción de las tasas de crecimiento. A esto también se suma el incremento de la producción de gases de efecto invernadero y la disminución de la producción primaria.
La mayoría de los científicos reconoce que la reducción de la solubilidad de los océanos debido al calentamiento global es una de las principales causas del origen de la desoxigenación. La solubilidad explica el 50% de la pérdida global del oxígeno superficial de los océanos, seguida de los cambios en la formación de las aguas profundas y de la circulación termohalina por debajo de los 1000 metros de profundidad. La recopilación in-situ de datos de oxígeno mediante diferentes sistemas y plataformas de observación, como, por ejemplo, planeadores submarinos, flotadores biogeoquímicos ARGO, barcos y boyas oceanográficas son uno de los modos de trabajar en la búsqueda de soluciones para disminuir la desoxigenación de océanos. La comunidad oceanográfica debe continuar recopilando datos de oxígeno para mejorar el conocimiento sobre las fuerzas naturales y antropogénicas que causan la desoxigenación y así mejorar los modelos numéricos que permitirán acceder a proyecciones futuras más certeras de la desoxigenación de los océanos.
En 2016 un grupo colaborativo de científicos nacionales e internacionales instaló una plataforma oceanográfica en la Patagonia norte con el objetivo de comprender el intercambio de las masas de aguas oceánicas con nuestro sistema de fiordos. Al mismo tiempo, se recolectaron estacionalmente datos de toda la columna de agua, incluyendo el oxígeno, la temperatura, la salinidad, los nutrientes y la turbulencia de las aguas. Entre los resultados principales se detectó la ocurrencia de la desoxigenación de las aguas, encontrándose una tendencia de -22 micromol/L en 7 años (2016-2022). Hasta la fecha se ha determinado que la principal causa de la desoxigenación en la Patagonia es debido al aumento en transporte hacia el polo de la masa de agua Subsuperficial Ecuatorial que es muy pobre en oxígeno. La desoxigenación fue aún más crítica dentro de los fiordos patagónicos, como, por ejemplo, en el Seno Magdalena localizado en el Fiordo Puyuhuapi. En este lugar se registró una tendencia de -88,6 ?mol/L en 3 años (2018-2020). Esta investigación encontró, además, que no sólo es el agua Ecuatorial es la responsable en la desoxigenación, sino también el consumo alto de oxígeno por los organismos biológicos.
La desoxigenación también se ha descrito en otros sistemas de fiordos, como en la Columbia Británica, donde se han reportado -31 micromol/L en 70 años (1950-2020). Sin embargo, este proceso no solo es exclusivo de los fiordos como se ha evidenciado en el Sistema de Corrientes de California donde se encontró una pérdida de oxígeno de -24 micromol/L en 15 años (1993-2018). Por otro lado, en el Sistema de Corrientes de Humbolt y específicamente en las cercanías de la zona costera central de Chile, cerca de Dichato, el oxígeno ha estado disminuyendo también en los últimos 25 años.
Al igual que en los fiordos de la Patagonia, el consumo de oxígeno por la remineralización de la materia orgánica se postuló como uno de los mecanismos que contribuyeron con la desoxigenación en la Columbia Británica y el Sistema de Corrientes de California, pero también se adicionan otros procesos como el aumento de las surgencias costeras impulsadas por el viento, el incremento del tiempo de residencia de las aguas, la intensificación de la estratificación de la columna de agua, la mayor cantidad de lluvia de materia orgánica hacia el fondo del océano, la disminución de la ventilación del océano y la reducción de la solubilidad del agua debido al aumento de la temperatura de las aguas profundas.
Aunque mucho se ha avanzado en las investigaciones sobre la desoxigenación en Chile, las series de tiempo en el caso de la Patagonia son aun pequeñas comparadas con las de otras regiones costeras y sistemas de fiordos globales, motivando su continuidad. Esto permitirá en el futuro determinar el impacto de otros procesos de mayor escala temporal en el comportamiento del oxígeno. Sin embargo, la deuda más grande todavía permanece en la cuantificación y estudio del impacto de la desoxigenación en los ciclos biogeoquímicos y en los organismos biológicos que habitan nuestras aguas. Aún mayor será el reto de nuestra contribución a los estudios del cambio climático, pero esta comunidad científica junto a los nuevos profesionales que se están formando esta comprometida en continuar con las investigaciones sobre la desoxigenación de los océanos.
Columna aparecido originalmente en Emol
Anterior
Siguiente