Con los ojos en el cielo y en el mar: un eclipse, una campaña y muchos experimentos

Las fechas de las actividades fueron modificadas ligeramente para que coincidieran con el eclipse de principios de mes.

Recientemente el centro COPAS Coastal concluyó con éxito una revolucionaria campaña oceanográfica. Al amparo del entorno natural de la Región de Aysén, los investigadores e investigadoras se instalaron por dos semanas en Caleta Tortel con el objetivo de estudiar los efectos del cambio global sobre el mar, así como los del eclipse solar anular que ocurrió el pasado 2 de octubre, siendo esta una oportunidad que no se podía dejar pasar. Según explica la directora del centro, Camila Fernández, en el pasado se han descrito los efectos de este fenómeno astronómico tanto sobre la fauna terrestre como la atmósfera, sin embargo, hasta ahora no existían estudios sobre la respuesta acuática.

Por ello, al percatarse de que la campaña en Tortel coincidiría con el eclipse, decidieron aprovechar sus recursos para dar este gran paso científico. “Ya que tenemos nuestra embarcación y laboratorio allá, pensamos que era una oportunidad única para combinar nuestra expertise y resolver este desafío como equipo”, afirma Fernández.La embarcación Sur Austral, que lleva más de diez años sirviendo al centro en la recolección de datos científicos, transportó al equipo a lo largo de las distintas etapas de este trabajo conjunto. Así, se dividió la campaña en tres partes. La primera replicó mediciones históricas a lo largo de los canales Martínez y Baker, que representan un gradiente salino con influencia de agua de deshielo desde los Campos de Hielo Norte y Sur en la zona continental, y del océano costero, hacia la zona del Golfo de Penas. Así lo cuenta Marcelo Gutiérrez, doctor en Oceanografía y encargado de esta etapa.

A lo largo de dicho recorrido, el equipo recolectó datos en aproximadamente diez puntos y tomó muestras para determinar concentraciones de nutrientes, pigmentos fotosintéticos y materia orgánica, entre otras variables. Durante la navegación también registraron información continua sobre condiciones hidrográficas superficiales, así como la composición y abundancia de fitoplancton. De acuerdo con Gutiérrez, la información registrada y el análisis de las muestras recolectadas en esta y campañas anteriores, será fundamental para analizar los efectos del deshielo desde los Campos de Hielo Norte y Sur sobre el ecosistema de fiordos.

“En el actual escenario de cambio climático algunos de estos glaciares han experimentado un importante retroceso en las últimas décadas, de esta manera, nuestros estudios pueden contribuir a generar información valiosa para proyectar los cambios que estos ecosistemas pueden experimentar”, explica. En lo que concierne a los resultados, afirma que, por el momento, tienen una visión general de los cambios en las condiciones a lo largo del gradiente realizado, así como una identificación preliminar de algunos componentes del fitoplancton que habita esas aguas. “En el caso de las muestras recolectadas, estas deben ser sometidas al proceso de análisis y se espera contar con información dentro de algunos meses más”, agrega.

Una de las participantes de esta etapa fue Lucía Cancelada, estudiante argentina de Doctorado en Química en la Universidad de California San Diego. En el marco de su tesis, que aborda la transformación de materia orgánica terrestre en sistemas acuáticos, tomó muestras de agua para determinar carbono orgánico disuelto y fluorescencia, así como composición química por espectrometría de masas. Además, comenta que recogió muestras de material particulado para llevar a cabo análisis de carbono orgánico. Con una visión positiva de la campaña, afirma que fue una experiencia gratificante donde aprendió mucho de la región y se sintió privilegiada de poder acceder a los recursos disponibles, al igual que a un grupo de investigación como el de COPAS. “Estoy orgullosa de haber llevado a cabo ciencia de este gran nivel en Latinoamérica; me gustaría poder volver a Chile y continuar la colaboración científica en el futuro. Sin dudas, lo que más destaco de la experiencia es el grupo humano y el apoyo que hubo durante toda la travesía”, comenta.

Por otra parte, a lo largo de este proceso también se estimaron patrones de distribución y abundancia de mamíferos marinos. Según explica Luis Bedriñana, doctor en Biología Marina, este tipo de trabajo es muy importante para tomar decisiones en el área de conservación, sin embargo, los esfuerzos para monitorear son más limitados hacia el sur de la Patagonia Norte. En este contexto, lo realizado en Tortel y aguas adyacentes representa la primera prospección de este tipo en la zona. Por lo mismo, aún es muy pronto para extraer conclusiones, pero hasta el momento se sabe que observaron tres grupos de delfines, así como otros de pingüinos y lobos marinos, con bajas densidades de depredadores.

“Lo interesante de los resultados es que, al otro lado del campo de hielo norte, por la zona de influencia de la laguna San Rafael, hemos observado altas densidades de delfines chilenos. Que aquí veamos un patrón aparentemente contrario implica que la relación que existe entre los glaciares y la distribución de los delfines chilenos tiene muchas aristas que, solo entendiendo otros elementos del hábitat, podremos comprender”, explica, afirmando que se trata de un área que realza la importancia de la cooperación multidisciplinaria.

Otra etapa de la campaña tuvo que ver con el primer muestreo de un proyecto FONDECYT de Camila Fernández, que busca elucidar el impacto de las precipitaciones en los fiordos. La doctora Verónica Molina, cuya especialidad se relaciona con la respuesta de microorganismos acuáticos, comenta que “pudimos detectar en terreno algunas alteraciones en cuanto a la actividad de respiración de la comunidad. Vemos que la lluvia es un aporte en cuanto a nutrientes para estas comunidades”. Dicho eso, destaca que esto necesita el respaldo de los análisis que se harán a las muestras tomadas.

Durante las últimas fechas de la campaña, un equipo se dirigió al glaciar Jorge Montt bajo la dirección del investigador Diego Narváez, donde realizaron mantención a una estación meteorológica y lanzamientos de CTD, que midieron con este instrumento oceanográfico. María Schliermann, estudiante alemana del Magíster en Ciencias con Mención en Oceanografía de la UdeC, participó de estas actividades recopilando datos para su tesis, la cual trata sobre cómo el océano contribuye al derretimiento submarino del glaciar y, hasta ahora, le ha llevado a trabajar a un nivel general en la Patagonia y Tierra del Fuego. Afirma que esta campaña “fue una experiencia muy interesante, ya que así tuve la oportunidad de conocer mi área de estudio en verdad y no solo por la literatura”. En esta última etapa también se embarcaron tres personas que, a su vez, participaron de la primera: el ingeniero electrónico de la unidad MOTOR de COPAS Coastal, Víctor Mora, Rodrigo Mansilla y Luis Rogel, capitán y tripulante de la Sur Austral, respectivamente.

El eclipse

Como se mencionó, esta fue una oportunidad perfecta para estudiar los efectos de un eclipse anular sobre el agua, considerando variables como temperatura y actividad biológica, especialmente al nivel del microbioma. En este aspecto, Verónica Molina afirma que pudieron realizar un experimento pionero en identificar potenciales respuestas microbianas. Para ello, siguieron este fenómeno en el tiempo, comparando las condiciones a los días previos y posteriores. En dicho periodo observaron un aumento de la concentración de amonio en el agua superficial, efecto que, hipotéticamente, podría estar relacionado a cambios en la actividad de los microorganismos, como, por ejemplo, un alivio en el uso de nutrientes debido a la disminución de la luz solar. A eso se refiere Molina cuando afirma que “pudimos apreciar in situ cambios en el reciclaje de nutrientes”, agregando que todo esto debe ser respaldado con los posteriores análisis a las muestras, que involucran la extracción de ADN y ARN.

La campaña también contó con la valiosa participación de Wade Jeffrey, científico estadounidense que lleva alrededor de doce años colaborando con Camila Fernández. Su estudio se ha dedicado frecuentemente a los efectos de la luz solar sobre las bacterias marinas. Según explica, cuenta con dos radiómetros solares, instrumentos que miden la cantidad de radiación del sol en determinados entornos y, de los cuales, uno puede medir la luz solar bajo el agua. Con la ayuda de estos, pudieron medir los cambios lumínicos durante el eclipse, que llegaron casi a la atenuación completa a nivel instantáneo, aunque el ojo humano compense este efecto. Así pudieron estudiar posibles diferencias en el crecimiento bacteriano durante el evento. Si bien es normal que su trabajo le lleve a viajar a ambientes extremos con alta y baja radiación solar, Jeffrey afirma que esta fue una experiencia increíble. “Fui a un lugar en el que nunca había estado antes y trabajé con un gran grupo de científicos” dice, agregando que, además, por primera vez pudo ver un eclipse anular.

Parte del progreso del eclipse. Fotografías por Wade Jeffrey.

Una oportunidad para la divulgación científica

Según cuenta Paúl Gómez-Canchong, coordinador de esta área en COPAS, una de las actividades que llevaron a cabo fue una charla que impartieron en la escuela Comandante Luis Bravo Bravo de Tortel, junto a las astrónomas de NRAO Chile, María Fernanda Durán y Sonia Duffau. En esta explicaron qué es un eclipse y sus efectos sobre el ecosistema. Por otra parte, en una actividad abierta a la comunidad, que contó con el apoyo de Javiera Cisternas (ONG Aumen), organizaron dos puntos para observar el eclipse junto a la comunidad. A lo largo de las actividades de divulgación durante el eclipse también trabajó con Camila Flores, encargada de Medioambiente de la Municipalidad. Las astrónomas explicaron a los asistentes lo que estaba ocurriendo a medida que se desarrollaba. Desde COPAS también trabajaron junto a la municipalidad tortelina en el Centro de Interpretación Ambiental y Turístico. Aquí contaron con la visita de la Subsecretaria de Ciencia, Carolina Gainza, y la Seremi de Ciencia de la Macrozona Sur, Verónica Vallejos, quienes aprovecharon el eclipse para conocer el proyecto.

“Estar presentes en Tortel en estas instancias nos interesa porque, incluso en temas que parece que no somos referentes, estamos presentes y ayudando a traer gente de otras disciplinas”, afirma, agregando que “buscamos mostrar que en la ciencia y en el planeta todo está relacionado de una u otra manera con el océano y sus habitantes”. Adicionalmente, el coordinador expresó que “el trabajo de divulgación en Tortel siempre es maravilloso, su gente ya nos reconoce, no solamente los niños y las niñas de la escuela, que nos dicen tíos, sino que también sus familiares, ya que el Centro de Interpretación Ambiental ha causado una gran impresión en la comunidad completa y lo valoran mucho”.

Una campaña exitosa

Como podría esperarse de una actividad en terreno desarrollada en la recóndita Caleta Tortel, las tareas de logística siempre suponen un esfuerzo considerable. En esta ocasión, estas se vieron facilitadas por el apoyo del Laboratorio Móvil, unidad vehicular de COPAS Coastal que se encuentra equipada para recopilar datos científicos donde sea necesario, así como para servir en actividades de divulgación. Esta fue la primera vez que el laboratorio pisó suelo tortelino y la travesía fue exitosa, aunque no estuvo exenta de preocupaciones.

Por otra parte, aunque los resultados de los procedimientos científicos realizados requerirán un tiempo para concretarse en resultados definitivos, la gran variedad de frentes en los que pudieron trabajar hace de esta campaña una instancia integral y gratificante. Una que brindó la oportunidad, no sólo de estudiar el cambio global y los efectos de un eclipse anular en el mar, sino que también la de trabajar colaborativamente como un equipo multidisciplinario que unió sus habilidades para aportar al progreso científico de Chile y el mundo. En palabras de Camila Fernández: “este fue un terreno excepcional. Un programa muy cargado, mucha actividad, pero también muchas instancias para comunicar nuestro conocimiento y contribuir a la educación marina. Nuestro equipo es un grupo humano íntegro y responsable, con espíritu colaborativo. Estamos muy orgullosos de lo logrado”, concluye.

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