La reunión de doce días destacó por la inclusión de diversos grupos, una visible presencia del sector privado y la oferta de espacios para compartir miradas científicas.
Recientemente se llevó a cabo la decimosexta versión de la Conferencia de las Partes del Convenio sobre la Diversidad Biológica o, como también se le conoce, la COP16. Esta tuvo lugar en la ciudad de Cali (Colombia) y congregó a más de 190 países con el objetivo de establecer lineamientos para conservar la biodiversidad y darle un uso sostenible. Dos investigadoras del Centro COPAS participaron aportando una perspectiva oceánica al diálogo que se desarrolló en el Pabellón Chile. Este último se compuso de diversas ponencias que tocaron una variedad de temas, como la importancia de los humedales, el océano chileno y la participación indígena en conservación, entre muchos otros.
Camila Fernández, directora de COPAS Coastal y miembro del Comité Científico Asesor de Cambio Climático (C4), presentó la ponencia titulada “Ecosistemas costeros como centinelas del cambio global”, donde comentó sobre el cambio climático y su impacto en la biodiversidad, haciendo hincapié en la observación y la necesidad de aunar esfuerzos para mejorar modelos predictivos. Lo anterior se dio como parte del evento paralelo “El mar de Chile: un laboratorio natural para la biodiversidad y otros desafíos en el océano”, organizado por el Nodo Laboratorio Natural Océano Centro Norte.
La co-directora de dicha entidad e investigadora principal de COPAS, Verónica Molina, también participó de esta conferencia, presentando la ponencia “Biodiversidad microbiana marina: singularidades en un océano cambiante”. En ella, relevó el rol microbiano en cuanto a sus aspectos funcionales y consorcios presentes en el Pacífico Sudoriental, enfatizando en que la biodiversidad microbiana está detrás de los principales servicios ecosistémicos del océano y constituye una fuente de potenciales soluciones y avances biotecnológicos. Además, en el evento paralelo “Amenazas y oportunidades para la investigación y conservación de la biodiversidad a múltiples escalas: presentando la red de laboratorios naturales de Chile”, Molina presentó el progreso del Nodo Laboratorio Salares, del cual también es investigadora principal.
Sobre el evento
Respecto al desarrollo de la COP16, Fernández comentó que esta fue inclusiva y “muchos grupos, como pueblos originarios, encontraron cabida de forma más permanente en los grupos de negociación”. Asimismo, destacó una visible presencia del sector privado. “Fue una instancia para ver y contrastar visiones y urgencias muy distintas y, a pesar de que no se llegó a acuerdo en temas económicos, ya se ve la COP de biodiversidad como un hito comparable a la COP de cambio climático”, afirmó.
En relación a lo anterior, cabe señalar que la decimosexta COP se dividió en dos grandes espacios: la Zona Verde y la Zona Azul. La primera estuvo abierta al público y su objetivo principal fue “facilitar el intercambio de conocimientos y experiencias, inspirar acciones para la conservación de la biodiversidad y fortalecer la participación ciudadana en la toma de decisiones ambientales”, según detalla la página oficial. Mientras tanto, la Zona Azul constituyó un espacio formal de conferencias y negociaciones, realizándose aquí todas las sesiones oficiales, reuniones, eventos paralelos y conferencias de prensa. La presencia de estas dos zonas brindaron a la COP16 la cualidad inclusiva a la que se refiere Fernández.
Por su parte, Verónica Molina, quien también es directora del Centro HUB AMBIENTAL UPLA, comentó que “los eventos paralelos realizados en el Pabellón Chile permitieron dar a conocer a otros pares científicos, además de otros actores del área privada y pública, avances y desafíos en la protección de la biodiversidad, en particular en temáticas del océano” comentó. También destacó que la Ministra de Medioambiente, Maisa Rojas, fue declarada Champion debido al notorio avance del país en la conservación de biodiversidad y el uso sostenible de recursos naturales. Además, señaló que “la canalización de recursos hacia la protección y recuperación de la biodiversidad es aún uno de los mayores desafíos”.
Resultados de la COP16
En este sentido, que tanto Molina como Fernández aluden, uno de los principales objetivos de esta COP fue definir un modelo de financiamiento para implementar el Marco Mundial Kunming-Montreal, plan de protección de la biodiversidad que fue establecido en la versión anterior de la Conferencia de las Partes. Lamentablemente, esto no se pudo concretar debido a una falta en el número necesario de negociadores, permaneciendo como un desafío pendiente.
Dicho eso, también contó con múltiples avances en acuerdos de diversa índole, como, por ejemplo, la creación de un marco para identificar y actualizar las áreas oceánicas cruciales para la salud del océano. En este sentido, el trabajo realizado por las instituciones de las que forman parte Camila Fernández y Verónica Molina, cobra un significado importante en la tarea de estudiar y proporcionar información sobre el océano chileno. Por ello, su participación en esta COP, al igual que la de todas las y los científicos de diversas áreas, constituyó un aporte al necesario diálogo entre entidades gubernamentales, no gubernamentales, sector privado y ciencia. Al respecto, Fernández comenta que este último aspecto siempre está representado por pocos científicos que acuden por esfuerzo propio y cree necesario abrir más instancias para este tipo de conversaciones.
Por todo lo anterior, la COP de biodiversidad corresponde a un evento de suma importancia, además de constituir el órgano rector del Convenio sobre la Diversidad Biológica, tratado internacional que fue adoptado en la Cumbre de la Tierra de Río de Janeiro en 1992. Se celebra cada dos años y, tras desarrollarse en esta oportunidad en Colombia, se determinó por sufragio que su decimoséptima versión tendrá lugar en la República de Armenia, el año 2026.