Distintas clases de El Niño podrían deberse a movimientos zonales en circulación de Walker

  • El trabajo se realizó a lo largo de un año y se publicó este 2023 en Nature Geoscience.

    De acuerdo con un estudio realizado por los investigadores Boris Dewitte (COPAS Coastal y CEAZA) y Sulian Thual (Mercator Ocean), los distintos tipos de fenómenos de El Niño no son necesariamente resultado de procesos diferentes, sino que podrían explicarse por desplazamientos zonales en la circulación oceánica y atmosférica de Walker.

    Dichos desplazamientos hacen referencia a que el punto de ascenso de la circulación de Walker, cuya posición muestra el límite de la Poza Cálida, se mueve más cerca o más lejos de Sudamérica. Para entender esto, cabe destacar que el agua superficial sobre la línea del ecuador recibe mayor radiación solar que el resto de la superficie oceánica, es por eso que se espera que presente mayores temperaturas que el resto del agua superficial oceánica, sin embargo, las aguas superficiales del Océano Pacífico ecuatorial presentan una diferencia importante de temperaturas. En el lado de Sudamérica, el agua es mucho más fría que en su contraparte asiática, por eso recibe el nombre de lengua de agua fría. La contraparte en el lado occidental recibe el nombre de Poza Cálida.

    La Circulación de Walker es un patrón de circulación atmosférica que se desarrolla sobre el Pacífico ecuatorial como resultado de esta diferencia de temperaturas. El Pacífico occidental, al ser más cálido, presenta aire que es menos denso y se eleva, mientras que el aire sobre el Pacífico oriental es más denso y se hunde. Este patrón de circulación impulsa los vientos alisios, que son los fuertes vientos del este que soplan en el Pacífico tropical. Durante El Niño, la Circulación de Walker y los vientos alisios se debilitan. Esto permite que se acumule agua tibia en el Pacífico central y oriental, lo que puede provocar inundaciones en algunas áreas y sequías en otras. Durante La Niña, fenómeno opuesto a El Niño, la Circulación de Walker y los vientos alisios se fortalecen. Esto hace que el agua caliente regrese al Pacífico occidental, lo que puede provocar sequías en algunas áreas e inundaciones en otras.

    Ahora bien, según explica el Dr. Dewitte, existen dos clases principales de El Niño: una más potente que se desarrolla en el Pacífico oriental y otra de menor amplitud que se da en el Pacífico central. Mientras ocurre, la temperatura superficial del mar suele ser superior a la normal en ambas zonas, específicamente, a la altura de la zona ecuatorial. Por su parte, la circulación de Walker está fuertemente acoplada entre el océano y la atmósfera, desplazándose coherentemente hacia el este durante El Niño y hacia el oeste durante La Niña, fenómeno opuesto al primero.

    Los científicos integraron dicho proceso a un modelo conciso que sintetiza los mecanismos fundamentales del ENOS (El Niño/Oscilación Sur), término que se refiere colectivamente a la alternancia de El Niño y La Niña. “En particular, se ha demostrado que las distintas clases de fenómenos de El Niño, que se distinguen por su calentamiento del Pacífico central o del Pacífico oriental, no son necesariamente el resultado de procesos diferentes, sino simplemente de grados distintos de desplazamiento zonal”, cuenta Boris Dewitte.

    “También demostramos que los desplazamientos hacia el oeste o hacia el este son asimétricos, ya que el primero expande y estabiliza la región de afloramiento del océano Pacífico (o «lengua de agua fría») durante los eventos de La Niña que pueden durar varios años, mientras que el segundo contrae y debilita o incluso suprime la región durante los eventos de El Niño que son breves pero a veces de  gran intensidad”, agrega.

Sobre el estudio y sus proyecciones

El trabajo de los investigadores, titulado “Complejidad ENOS controlada por cambios zonales en la circulación de Walker”, se llevó a cabo dentro del plazo de un año y fue publicado este 2023 en Nature Geoscience, una de las ramas de una de las revistas científicas más prestigiosas a nivel mundial.

Según cuenta el Dr. Dewitte, quien además de participar en el análisis de resultados se encargó de conseguir el financiamiento, durante la investigación utilizaron un modelo simplificado de la circulación en el Pacífico tropical y un modelo más complejo desarrollado por el Centro Nacional para la Investigación Atmosférica de Estados Unidos (NCAR, por sus siglas en inglés).

Por otra parte, además de proponer un modelo sencillo de un problema que la comunidad ENOS consideraba más complicado, “este estudio permitirá desarrollar diagnósticos de la física del ENOS, lo que permitirá comparar y mejorar los modelos climáticos utilizados por el IPCC (Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático). También queremos comprender los procesos asociados al aumento de la frecuencia de los fenómenos de El Niño en el contexto del cambio climático”, concluyó Dewitte.

 

Textos: María Luisa Garrido Canaves

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