Por Natalia Quiero Sanz

En el mundo privado e industrial hay recursos y experiencia directa con el desarrollo de tecnología e innovación, poseen herramientas técnicas a la mano para tener rápidamente soluciones, que suelen superar a lo que se dispone en instituciones científicas con foco en generar evidencias para abordar fenómenos que operan a ritmos que no son la inmediatez y financiamientos acotados.

Pero, si se trata de una trayectoria de más de dos décadas de investigación a las que se suman nuevas experticias a interconectarse se generan las capacidades para enriquecer el quehacer y robustecer sus resultados, para correr con ventaja en una competencia con la industria en materia de desarrollo y transferencia inmediata para que en un corto plazo resuelva problemas críticos con mirada de futuro.

Lo logró COPAS Coastal a través de un equipo interdisciplinario de MOTOR, afrontando con éxito el Desafío Público de crear una “Plataforma de monitoreo de información meteorológica y oceanográfica para apoyo a la toma de decisiones de restricciones y cierres de puerto” que planteó la Academia Politécnica Naval (Apolinav) en el marco del competitivo programa que lidera el Ministerio de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación (CTCI) y define retos científicos-tecnológicos para superar desafíos del país en diversas áreas.

PhotoFunia-1724167797
Pruebas y armado de la primera boya en Dichato
PhotoFunia-1724077444
Armado de la primera boya en Dichato

El primer gran desafío de MOTOR

“CDOM portuario” es la propuesta que, bajo el liderazgo del oceanógrafo Diego Narváez, presentó MOTOR en la convocatoria 2022 del concurso que se desarrolla mediante tres etapas, cada una más competitiva y desafiante que la anterior. La primera está más que superada y la segunda transita por una auspiciosa senda durante 2024.*  

MOTOR es una joven unidad cuya directora ejecutiva es Sandra Espinoza y se incorporó a la orgánica con la aprobación de la actual etapa COPAS Coastal para continuar y profundizar el quehacer de largos años de la etapa Sur-Austral y que generó una gran madurez científica con la generación de saberes de alto potencial de impacto.

La unidad, explica, busca apoyar y promover la transferencia hacia la sociedad -sector público, privado y comunidad general- de los conocimientos y tecnologías que desarrolla o puede desarrollar el centro para contribuir de forma concreta en la toma de mejores decisiones para diseñar políticas públicas, generar innovación o mejoramiento productivo. Para ello se definieron distintos ejes que abordan públicos u objetivos específicos.

“Trabajar en MOTOR es un desafío complejo e interesante, porque hacer ciencia que es lo que el centro viene haciendo por décadas tiene un ritmo y la transferencia otro ritmo”, afirma.

En dicho escenario, tras más de dos años de trabajo de MOTOR, aunque releva que no es el primer proyecto ni mucho menos será el último, “CDOM portuario” se configura como el primero de gran envergadura. Por ende, es el primer gran desafío en materia de transferencia de tecnología de forma concreta, directa e inmediata.

Esta iniciativa se adscribe al eje MOTOR de Desarrollo Tecnológico justamente liderada por Diego y quien dice que su horizonte es “lograr implementar soluciones tecnológicas que nos permitan hacer mejor investigación y en el largo plazo también proveer servicios, porque no lo estamos haciendo aún”.

La meta es lograr autonomía e independencia tecnológica para no tener la obligación de comprar todo listo para el solo uso, empaquetado y hecho por otros, mediante la consolidación de capacidades que permitan acoplar o crear tecnologías y solucionar cualquier problema técnico que se enfrente sin depender de proveedores extranjeros. Así se optimizan tiempos de respuesta y recursos.

De cara a ese horizonte asegura que adjudicar el Desafío Público ha permitido construir la base para empezar y avanzar decididamente. “El proyecto ha sido bien importante y nos ha ayudado bastante. Primero, nos permitió tener más fondos para contratar gente, comprar materiales y formar personas. Además, cuando se escribió la propuesta original del COPAS Coastal, en el cuarto año de ejecución planteamos hacer modelos operacionales que son los que permiten a hacer pronósticos, pero tuvimos que empezar antes para cumplir el Desafío Público”.

 

*La entrevista para esta entrada del blog fue realizada previo a ser superada la fase 2. Actualmente se avanza en la tercera fase del Desafío Público que implica replicar el trabajo desarrollado en el Puerto de Coronel en los Puertos de Arica y de Antofagasta.

Instalación en ubicación temporal en Bahía Coliumo
PhotoFunia-1724167731
Instalación en ubicación temporal en Bahía Coliumo

Conocimiento imbatible

Según las bases, en la primera fase de los Desafíos Públicos se selecciona a 5 proyectos postulados por instituciones tanto académicas y científicas como empresariales de todo Chile que deben desarrollar un prototipo de solución en cerca de 6 meses. Pero, sólo se seleccionaron 3; 2 presentadas por empresas con mayor soporte financiero que COPAS.

No obstante, sorpresiva y satisfactoriamente, el Centro resultó el único que clasificó a la segunda fase, vigente en el periodo 2023-2024, con el objetivo de generar una prueba piloto del prototipo. Para una tercera, a la que hay confianza en llegar, la meta es tener un producto.

En el grupo humano a cargo del proyecto hay una convicción: la inmensa fortaleza que se ha transformado en imbatible ventaja frente a la industria es el elevado nivel de conocimiento que COPAS maneja en el área producto de más de 20 años de hacer ciencia, periodo que ha dado la madurez suficiente para fijarse la meta de evolucionar a nuevos niveles y proponerse metas más ambiciosas para materializar el impacto social.

Y es que optimizar la observación y captación de datos junto con la capacidad de predicción para reducir el rango de error de lo que ahora está disponible y contribuir a decisiones más eficientes y efectivas son los objetivos del funcionamiento de la plataforma que la Apolinav desafió a crear, cuenta Diego.

Mirando ese horizonte es que el trabajo se ejecuta mediante dos líneas, una es modelación y la otra desarrollo tecnológico, lideradas por la ingeniera civil hidráulica Maricarmen Guerra y el ingeniero electrónico Víctor Mora, respectivamente.

Y desde sus áreas, ambas importantes y también desafiantes, relevan que el éxito se sustenta en la capacidad que alberga el equipo del COPAS que les permite hacer las distintas tareas y hacerlas muy bien. Es la capacidad que distingue frente a una empresa dedicada al ámbito de la tecnología, pero que no tiene el hacer ciencia como base del desarrollo.

Maricarmen, investigadora asociada a la línea 1 (Forzantes atmosféricos y oceánicos) del COPAS y a MOTOR, explica que “la componente de modelación, que es el pronóstico, se hace en base a modelos numéricos avanzados, oceanográficos, atmosféricos y de oleaje”. Es la base científica que sustenta la operación de la plataforma.

En el caso del oleaje, su área, aclara que los modelos están basados en la física del fenómeno, en este caso es generado por la energía del viento, ocupándose modelos globales disponibles en agencias internacionales para luego utilizarles dentro de un modelo local sobre las condiciones de oleaje. “Nosotros hemos estado armando un modelo del Chile central”, precisa.

Va de la mano con el sistema para pronósticos atmosféricos y de viento. “Nuestro modelo es un poco más avanzado (a lo disponible), porque tiene esos dos componentes. Y podemos pronosticar el oleaje desde hoy hasta una semana más adelante”, afirma.

Víctor, integrante del equipo técnico que trabaja en el Laboratorio de Oceanografía Física aplicada a Ecosistemas Costeros (LOFEC), expone que el campo de desarrollo tecnológico para esta iniciativa se adscribe a la integración de tecnologías, específicamente sensores para captar y transmitir datos, y finalmente la instalación del sistema de monitoreo de las distintas variables.

Es la infraestructura que resguarda datos e informa a las Capitanías de Puerto sobre las condiciones oceanográficas en las cercanías de ciertos puertos en pos de la toma de decisiones más oportunas, optimización de tiempo y recursos, y reducción de riesgos, por ejemplo.

La integración significa lograr unificar, que hablen el mismo idioma distintos dispositivos que han sido diseñados por distintas marcas del mundo y arrojan datos en distintas medidas. Sin esta arista la plataforma no se crea, los objetivos del proyecto no se alcanzan, el Desafío Público no se supera, sabe Diego.

 “Hay un dicho que me gusta mucho: ‘la ciencia sin tecnología es filosofía’. Esto porque nuestra herramienta principal es nuestro cerebro y organismo, pero cada vez vamos usando diferentes dispositivos que nos ayudan a potenciar nuestros sentidos. Por ejemplo, ver en microscopios lo que no podemos ver a simple vista. La ciencia siempre está apoyada de tecnología, y a veces se nos olvida que ciencia y tecnología están muy de la mano, y COPAS Coastal está desarrollando con fuerza la parte técnica e ingenieril”.

En este ámbito, un aspecto de impacto presente de cara al futuro de decidir evolucionar hacia el desarrollo tecnológico para el quehacer del Centro y lo que contribuya a la sociedad que “podrías comprar la solución completa a una marca, pero eso no le entrega valor al trabajo que se hace acá: sólo te conviertes en usuario. Trabajar con la tecnología da valor agregado a la capacidad técnica que tiene el Centro y esto será mucho más si llegamos a una etapa posterior de desarrollar sensores propios”.

Maricarmen, Jimena, Nicolás y Diego durante la jornada de instalación de la boya en Coliumo
Maricarmen, Jimena y Diego durante la jornada de instalación de la boya en Coliumo

Capital humano para superar los desafíos

Y el trabajo al alero del programa Desafíos Públicos está permeando por varios desafíos en términos científicos, técnicos y humanos. Esa es la esencia de la ciencia, siempre desafiarse a llegar más lejos en los objetivos para obtener más profundos e impactantes resultados.

Desde su área, Maricarmen afirma que “el pronóstico que arroja nuestro modelo debemos hacerlo calzar con lo que estamos midiendo”. Para ello la clave ha estado en los datos que provee el SHOA en una boya de oleaje que tiene aguas afuera en el mar de Talcahuano junto con lo que arroja el propio sistema de monitoreo desarrollado que se instaló para probarse en el Puerto de Coronel, de cara a avanzar en los objetivos de la segunda etapa y con la boya de oleaje adosada a una oceanográfica que mide distintas variables.

También reconoce que las exigencias de medición de datos y monitoreo que requiere este proyecto son estrictas, así también desafiantes; más si hay labores y metas que para COPAS son primera vez que se abordan, porque hacen parte de una línea de acción nueva.

En este escenario destaca especialmente que en la iniciativa se han debido usar de forma veloz datos obtenidos en terreno que normalmente se tardan mucho tiempo en analizar para generar información utilizable; y se mira el horizonte de transferir de manera inmediata el conocimiento y tecnología que se desarrolle, lo que en ritmos normales de la investigación podría tardar años en llegar a la sociedad o rubro que lo requiera en forma de solución -saber, servicio o producto-.

Y para que un sistema mida y transmita datos, o procese para entregar información precisa, útil y/o en tiempo real, la tarea no es sencilla, por mucho que el instrumento exista.

“El desarrollo tecnológico, en general, es súper desafiante”, afirma Víctor. “Y el principal desafío que tenemos en la integración tecnológica es tomar todos esos equipos que son diferentes y juntarlos en un sistema que sea confiable y provea datos de buena calidad, para lo que hay que lograr que tengan un protocolo o sistema de comunicaciones en común”.

El grupo humano en sí es tan diverso como la diversidad de personas con sus personalidades y características existen, pero también con un background distinto en tipos de disciplinas, formaciones, conocimientos y modos de trabajo que podrían parecer que hablan un idioma distinto -y a veces por diversidad de nacionalidades hay lenguas distintas-. Pero, el grupo humano e interdisciplinario de este proyecto supo reunirse en un punto para coordinarse y aportar con el mismo ímpetu a lograr un desafiante objetivo común que sólo es posible al complementar las experticias de personas de distintas disciplinas y especialidades: científicos del mar, ingenieros y técnicos.

Juntos han sabido superar los desafíos científicos y tecnológicos del trabajo cotidiano para superar el desafío que supone cada arista y etapa para superar este desafío público mandatado por la Apolinav.

“Sabemos que las mediciones en terreno son super desafiantes, que estamos expuestos a las condiciones climáticas o tenemos problemas como conectividad y de transmisión de datos… Pero, nuestro equipo es grande, somos varios investigadores e ingenieros, y sobre todo es un equipo súper comprometido y que está dispuesto a estar 24 horas al día pendiente del sistema, a tener múltiples idas a terreno, además de la coordinación con la Capitanía de Puerto de Coronel en la segunda etapa y que ha prestado mucho apoyo porque incluso sufrimos vandalismo con el robo de nuestra boya, pero que pudimos recuperar porque transmite información en tiempo real y luego pusieron cámaras de video”.

Es que, al final, la ciencia y la tecnología la hacen las personas, y el capital humano es la clave del éxito; son las competencias y esfuerzos personales el principal factor que impulsa y permite llegar a los resultados esperados en iniciativas pioneras que aspiran a objetivos ambiciosos en medio de contextos desafiantes.

Vista nocturna de la boya en la costa de Coliumo
Víctor y Marcelo tras revisar la boya instalada en Coronel

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Ir al contenido