Por Natalia Quiero Sanz

Influencia de la interacción océano-atmósfera en el Pacífico; mecanismos que promueven la formación de diversidad planctónica en los cañones submarinos; contribución, variación e impacto de la descarga de los ríos al océano del centro-sur de Chile; uso de microorganismos provenientes de ambientes naturales para tratar residuos.

Esos fenómenos y desafíos son los que abordan un grupo de científicas jóvenes que se han integrado a COPAS Coastal, y así trajeron sus propuestas para hacer ciencia de vanguardia, tan interesante como relevante para generar conocimientos que llenen vacíos y aumenten la comprensión del océano y planeta con sus vitales y sorprendentes dinámicas desde Chile y sus regiones.

Pamela Linford y Macarena Díaz se unieron en noviembre de 2023, Odette Vergara que llegó en enero de 2024 y en marzo Polette Aguilar. Cuatro investigadoras que con sus experiencias dan cuenta de lo muchas veces desafiante y siempre importante de investigar y entender más a la naturaleza, de ser mujer en ciencias y conformar equipos diversos, y de hacer ciencia con objetivos que están en la frontera del conocimiento.

Y también tienen la certeza del potente impulso que significa ser parte de un centro de excelencia para avanzar en sus proyectos de investigación y carrera científica, porque significa disponer de apoyo para sus trabajos que se traducirá en lograr los mejores resultados con impacto tanto individual como colectivo en la institución y hacia la ciencia y toda la sociedad.

Polette tomando muestras en un salar
Pamela trabajando modelos a triple pantalla

Científicas que hacen ciencia de frontera e impacto

Y es que “comprender la conexión entre diversos procesos atmosféricos y oceánicos, y la teleconexión entre zonas geográficas aparentemente lejanas ha sido fundamental para poder explicar parte de la variabilidad espacial y temporal de las características de la columna de agua cercana a la costa a lo largo de Chile, que influyen considerablemente en los ecosistemas y organismos que en ella habitan”, aseguró Pamela, “y esto toma aún mayor relevancia en la zona Sur-Austral, donde existe menos información y conocimiento de los procesos que allí ocurren”.

Es la convicción sobre la trascendencia de la temática con la que guía su trabajo que está abordando como investigadora postdoctoral en COPAS con su proyecto «Variabilidad del transporte de la Corriente Subsuperficial Perú-Chile (PCUC) en su origen, asociado a los procesos de interacción océano-atmósfera en el Pacífico».

La PCUC también transporta agua ecuatorial subsuperficial (ESSW) con bajo oxígeno disuelto y altos nutrientes hacia el sur, llegando incluso hasta Patagonia Norte, afirmó Pamela, quien en años previos se vinculó al centro mediante colaboración con sus investigadores y con una beca al finalizar su tesis doctoral entre agosto 2022 y enero 2023.

Macarena, en tanto, tiene su foco puesto en sitios locales del océano reconocidos a nivel global por su importancia para promover la diversidad biológica, y productividad de recursos marinos que tiene esenciales roles ecológicos y socioeconómicos, y poco estudiados a nivel nacional: los cañones submarinos y cómo sus condiciones físicas se adaptan a las necesidades biológicas de las comunidades de krill.

“Se sabe que la surgencia costera inducida por el viento es el principal proceso que explica los altos niveles de productividad que encontramos en la costa chilena. Sin embargo, existen procesos que han sido poco estudiados y pueden potenciar de forma importante la productividad a nivel local. Uno es la surgencia topográfica, ascenso de agua profunda y rica en nutrientes por la interacción de las corrientes con accidentes topográficos. Y los cañones submarinos son lugares donde existe”, explicó la investigadora postdoctoral.

Es así como los cañones tienen alta biodiversidad y productividad pelágica y bentónica, siendo zonas de alimentación de depredadores como ballenas y peces, por ello se reconocen en varios países como ecosistemas críticos para proteger la biodiversidad, hotspots, y un ejemplo es el Sistema de Corrientes de California. Aunque expuso que “existe muy poca información sobre cómo y en qué condiciones los cañones submarinos de Chile pueden generar un aumento de la productividad local”, por lo que “en un esfuerzo colaborativo y multidisciplinario estamos intentando vincular la dinámica física de los cañones con la variabilidad en las comunidades zooplanctónicas, para saber qué tan importantes son como hotspots de biodiversidad en nuestra costa”.

Igual de crítico para la productividad, la diversidad biológica, los recursos naturales y el bienestar medioambiental y humano es el tema de estudio de Odette, quien usa la modelación física y biogeoquímica en torno a la llegada de agua dulce desde ríos al mar local y su cambio entre distintas épocas a causa de cambio en condiciones ambientales.

“El caudal de los ríos del centro sur de Chile depende, en su mayoría, de las lluvias. Si las precipitaciones disminuyen también lo hacen los caudales. Y eso tiene un impacto en los nutrientes que se aportan desde estas aguas dulces al océano, que a su vez impacta en las tramas tróficas que se desarrollan ahí. Por tanto, con la sequía el impacto en los caudales y sobre la disminución de la descarga de los ríos y en su formación de plumas en la zona costera va a generar consecuencias devastadoras en un futuro”, sostuvo.

Ahí su certeza de que “es muy importante” para el desarrollo nacional y regional avanzar en su investigación sobre la variabilidad de los caudales de los ríos con sus descargas de agua al océano y la variabilidad del océano, que a través de años se ha permeado por fenómenos de variación considerados naturales/normales y exacerbado por los efectos locales del cambio climático global al que Chile se considera uno de los 10 países más vulnerables y ha provocado una megasequía que desde 2015 afecta a la zona centro-sur,  que también se da en un contexto junto con otras manifestaciones de variación en temperaturas y hasta de los vientos o los ríos atmosféricos que terminan por hacer sinergias entre sí.

Y Polette tiene su mirada científica puesta en el abordaje de la grave problemática de la contaminación; es una de las mayores amenazas a la naturaleza, pero desde la naturaleza pueden hallarse soluciones potentes.  Bajo esa premisa, aplica la ecología marina y biología molecular a la biotecnología para el tratamiento de residuos mediante el uso de microorganismos. Su reto es encontrar unas llamativas bacterias capaces de realizar nitrificación completa, las COMAMMOX.

“La presencia de estas bacterias está reportada en diferentes ambientes y sedimentos de humedales costeros ha sido ampliamente reportado. La nitrificación es el primer paso de la eliminación de nitrógeno en las aguas residuales y esperamos utilizar las COMAMMOX para el tratamiento de residuos domésticos”, expuso.

Su innovadora propuesta de solución basada en la naturaleza se destaca porque traería ventajas sobre los tratamientos tradicionales, entre las que mencionó reducción de costos asociados a ciertos procesos y también de la emisión de gases de efecto invernadero, que están asociados al aceleramiento del cambio climático, aumento de temperaturas del océano y también acidificación de sus aguas, entre otros efectos que tienen diversidad de impactos sobre el planeta y toda la vida que le habita, desde microorganismos al ser humano.

Macarena en el laboratorio analizando muestras de zooplancton
Odette en las oficinas de COPAS

Superar desafíos socioculturales para avanzar en la ciencia

Pamela, Macarena, Odette y Polette no sólo comparten su interés en abordar temas que son críticos para el bienestar planetario, también son desafiantes porque la ciencia lo es y cada vez más en tanto se avanza en la generación de conocimientos que son resultado y plantean objetivos más y más ambiciosos. La ecuación a veces se complejiza al añadir los factores de ser mujer y más joven y/o empezando la carrera, en que cuestiones socioculturales enraizadas y hasta naturales que no se pueden cambiar podrían ser dificultades que, de a poco se van superando y matizando en virtud de las nuevas generaciones científicas que generarán conocimientos para abordar los diversos desafíos futuros que se planteen en un escenario global cambiante y desafiante.

“Creo que han cambiado las expectativas de la sociedad hacia las mujeres en las últimas décadas, pero aún existe ese pensamiento colectivo desde temprana edad de que las ciencias e ingenierías son para hombres, particularmente las relacionadas a la física y matemática. Y las ciencias del mar no son ajenas a esto, añadiendo toda la mística asociada a los hombres de mar”, afirmó Pamela.

¿El resultado?  Son campos históricamente dominados por los hombres.

“En la oceanografía el mayor problema es la baja representatividad de mujeres en los grupos de trabajo, y especialmente jóvenes. En mi proyecto no he vivido ninguna dificultad que se asocie al hecho de ser investigadora joven, pero la mayoría con quienes trabajo son hombres”, contó Macarena. Y confirmó Odette: “En mi área no trabajan muchas mujeres, que normalmente están más metidas en otras temáticas. Así que la mayoría del tiempo trabajo más con hombres y con diversidad etaria, colegas mayores que guiaron mi doctorado y colegas más jóvenes”.

Dentro de ese contexto, ambas tienen especial valoración de su experiencia positiva, sin haberse sentido discriminadas ni por ser mujer ni su edad y siempre tener colaboración en los grupos de los que han sido y son parte, porque no siempre sucede.

La marcada brecha de género, aunque más corta que décadas pasadas, primero se evidencia en la participación femenina en campos STEM y luego se manifiesta en oportunidades dispares en el  ejercicio de roles de liderazgo en la academia o proyectos (que tienen peso en los currículos y avance en la carrera académica), los salarios y las cargas laborales, los estereotipos de género y una cultura machista aún arraigada que se traduce en que sean muchas las mujeres que tengan más exigencia, personal o institucional, de demostrar sus capacidades y aptitudes por las que pueden y deben estar en sus cargos.

“Toda mi vida he intentado compartir y competir en igualdad con los hombres. He luchado más de una vez para ser tomada en cuenta e incluida sólo por ser mujer, y he logrado integrarme a grupos sólo de hombres y yo. En ocasiones puede ser agotador tener que demostrar constantemente que estoy a la altura de la situación. Lo que más me molesta es que los hombres me traten de forma especial en estos grupos, sobre explicando conceptos o exigiéndome menos que a ellos; posiblemente con buenas intenciones, pero se siente como si me hicieran un favor especial por ser mujer”, relató Pamela.

Polette compartió una experiencia similar, donde se mezclan edad y género como gatillantes de esta situación: “en mi carrera, por ser joven, he sentido que mis opiniones no tienen el mismo peso que la de los de hombres mayores. He tenido que lidiar con paciencia, demostrando y esforzándome el doble para que lo que yo opino pueda ser tomado en consideración”.

Y no se pueden obviar los retos que muchas veces impone la naturaleza femenina, aquello que está en la biología y ADN y que es imposible de cambiar.

En particular Pamela afirmó que “la maternidad es una complejidad que, supongo, todas las mujeres afrontamos en nuestro desarrollo personal”, razón por la que compartió que “debí pausar mi carrera profesional y científica por poco más de 15 años. Es así que ingrese a mis estudios de doctorado recién a la edad de 40 años, mientras la mayoría lo hace antes de los 30”.

Y Odette planteó que “no lo veo como un tema de machismo ni impuesto, pero no podemos negar que la naturaleza de la mujer es más de cuidar, sea a tus padres, pareja, hijos, jardín, etc., por eso cargamos una mochila a diferencia de los hombres que son más desprendidos de ataduras y enfocados, y si está trabajando está en eso y las mujeres muchas veces vemos más cosas”. Y aludió a algo que puede manifestarse en la esfera personal y vincular, en materia de crianza y familia,  y también lo ha visto claro, lo ha vivido, en los roles que se cumple dentro de los equipos de trabajo en aspectos humanos y logísticos.

Pamela a bordo del Falkor (too)
Polette realiza mediciones en un humedal

La riqueza de la diversidad

Con dichas vivencias el sentir compartido entre las investigadoras, que representan a muchas otras colegas, de que incluir a las mujeres y desde sus primeras etapas de la carrera es una acción clave para acortar brechas históricas y una forma de hacer justicia con el género. Aunque, sobre todo, saben que la necesidad e impacto trasciende de una cuestión de género, y es que es la ciencia y los conocimientos con todo su potencial que se ven favorecidos con la inclusión materializada en todo su esplendor.

“Hombres y mujeres tenemos las mismas capacidades intelectuales. Si en mi área, como en  otras, no trabajan más mujeres no es porque sea más difícil y no puedan, es porque no se nos incentiva tanto a las mujeres en las matemáticas y estos campos”, aseveró Odette.

Y Pamela complementó que “contar con diversidad en los equipos de trabajo es muy importante, pero en todos los ámbitos: etaria, de género, disciplinar, entre otras”. Diversidad se vuelve sinónimo de riqueza en los equipos de trabajo y enriquecimiento de resultados, al incluir diversas personas, especialidades, talentos, trayectorias, visiones e intereses: “la diversidad de ideas y razonamientos nos ayuda a generar una mejor investigación”, sostuvo Polette.

“No hay que olvidar que los jóvenes son (o somos) los futuros investigadores senior de Chile y la mejor forma de aprender a hacer buena ciencia es aprendiendo de los que van más adelante en el camino. Si no incluimos a los jóvenes, ¿cómo sabemos que los futuros científicos sabrán continuar con el trabajo? Creo que es importante que el legado de la investigación se vaya traspasando paulatinamente a las nuevas generaciones mediante el trabajo conjunto”, manifestó Macarena para abordar la relevancia de la inclusión y valoración de los distintos grupos etarios y/o niveles de carrera científica.

Macarena con múltiples pantallas a bordo de un crucero
Odette rodeada de grandes exponentes de la geofísica con los que ha trabajado

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